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Efectos en el cerebro, con la práctica del Yoga




Las funciones cerebrales regulan prácticamente todas las actividades del cuerpo y la mente; desde acciones básicas como la respiración hasta funciones superiores como discernir, recordar o hablar.

El practicar Yoga beneficia a este misterioso órgano y sus glándulas. Se sabe que las neuronas son las células que primero mueren por falta de oxígeno. Algunos tipos de práctica, como Younger for Longer Yoga ® pueden ser considerados como una forma de meditación en movimiento que exige atención plena a medida que se desplaza suavemente el cuerpo de una postura a otra: “A medida que se aprenden nuevas formas de moverse y responder al cuerpo, es posible que la mente y emociones también cambien y varíen. En cierto sentido, el practicante no solo se vuelve más flexible físicamente, sino que su perspectiva mental y su actitud ante la vida también obtienen cierta flexibilidad necesaria”, según el Dr. Joseph Mercola (“Take control of your health“ by Dr. Joseph Mercola & Dr. Kendra Pearsall).


De acuerdo al libro “Your Brain on Yoga“ del doctor Singh Khalsa, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, el cerebro literalmente cambia con la práctica constante de Yoga.

La materia gris forma parte del sistema nervioso central, mismo que se encarga del control de los músculos y la percepción sensorial. Según el texto de Khalsa, se ha descubierto que después de dos meses de practicar yoga, aumenta la densidad de dicha materia gris. En opinión de los investigadores, la densidad de esta parte de la mente lleva a aumentar nuestra conciencia y a mejorar tanto la memoria como la capacidad de aprendizaje.

De igual manera, los cambios llegan hasta la llamada amígdala, que es la parte del sistema límbico, responsable de controlar los niveles de ansiedad y las emociones. En consecuencia, a mayor densidad de la materia gris, mayor la capacidad de aprendizaje, de relajación y de control de las emociones.


El sistema nervioso autónomo se divide en el sistema nervioso simpático, que ayuda a responder y actuar en situaciones de estrés, y el parasimpático, que facilita la relajación ayudando a recuperar el equilibrio en la vida diaria. Cuando el sistema nervioso parasimpático predomina, se reducen el ritmo cardiaco y la presión arterial, ayudando a incrementar el flujo sanguíneo en los órganos internos.

Por esto y más, siempre es beneficiosa una buena práctica de yoga.









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